Conversión se define como: la práctica religiosa por la que una persona adopta como propias las creencias de la comunidad de creyentes a la que se incorpora.
Pero ¿cuál es la verdadera conversión? es simplemente ir a misa y rezar el rosario? (ambas acciones muy favorables y agradables a Dios).
Al punto al que me quiero referir es al hecho de llevar la conversión a todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida, a cada minuto, reconocer que nuestra fe es activa y practicante...que hay que llevarla a cada evento del día, no esta aislada ni la llevamos acabo únicamente dentro del templo, en el grupo o la comunidad.
Lo que te propongo es llevar la conversión a todos los aspectos de tu vida, es: levantarnos con una alabanza en los labios para agradecerle al buen Dios la oportunidad de ver el sol una vez mas y consagrarle nuestro día, es dar gracias por la familia, (aunque mi marido no sea mi favorito este día, o mis hijos no ayuden mucho con los calcetines, o mi mama ya me esta apurando, o mi hermano que no coopera!), por el café (si alabado sea Dios por el café de la mañana), por el desayuno... por la escuela, el camión, los maestros, el receso, el refrigerio, el agua, por la salida, por la comida, por el que se me atravesó en el carro, ¡gloria a Dios! por el que no sabe manejar y el que va a vuelta de rueda, por el recibo de luz, agua, teléfono, cable (¡bendita sea la madre Angélica! y el EWTN), por el celular(porque ahí me llegan mis mensajes de 5 minutos de oración), por mama (besito), por papa(besito), por el baño, por la siesta, por la alegría de vivir y poder darle ¡gloria a Dios! cada día, por todas las bendiciones que recibimos.
Es estar dispuesto a dar una sonrisa, a ser testimonio de vida, no solo de palabra, pero con cada acción de nuestra vida, alabar a Dios con los buenos días, con los "5 minutos sin sacar la garra" por el silencio, por la alabanza, por la alegría de sabernos hijos de Dios, por al gracia de ponernos en el lugar del otro y crecer en la caridad.
¡Niños! vivamos una conversión que nos eleve por sobre todas las carencias, por sobre todos los dolores, por sobre todas las debilidades, por sobre todas las dudas, una conversión que grite:... ¡SOY EL HIJO FAVORITO DE DIOS! lo reconozco, lo vivo y me encantaría que tu lo sintieras como yo... ven deja que el amor de Dios llene tu corazón y te aseguro que no querrás dejar de sentirlo...nunca.